Se reitera que en Bolivia se ha multiplicado la oferta y ejecución de Maestrías en Educación  Superior y Programas de Doctorado en Ciencias de la Educación, pero el aporte de los graduados no se percibe, por cuanto el sistema educativo nacional y el universitario en particular no presentan cambios ostensibles. Al parecer, la situación se mantiene igual, con algunas diferencias en la subregión andina, porque las universidades latinoamericanas no figuran entre las que hacen ciencia y tecnología en términos internacionales. Entonces, es preocupante que los profesionales formados a nivel de Maestría y Doctorado no produzcan nuevos conocimientos y,  consiguientemente, no tengan influencia en la calidad de los sistemas educativos. Está claro que el contingente de profesionales con grado de Magister o Doctor, no ha tenido la adecuada formación como investigadores y tampoco la oportunidad de acceso a las estructuras estatales o privadas de investigación. De esta realidad se colige que la sociedad no está satisfecha con la calidad de los  postgraduados nacionales, lo que importa una contradicción entre las aspiraciones del entorno social y el nivel de postgraduados que forman las universidades.